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Desarrollo Desigual de las Provincias



Por: Lic. Reyes A. Peralta

Las provincias de República Dominicana presentan un visible desequilibrio en su evolución económica, social y cultural, el cual se reproduce con el paso del tiempo, determinado por el modelo económico que ha prevalecido en el país desde hace varias décadas, imposibilitando la convergencia al desarrollo.

Una expresión de esta realidad se observa cuando analizamos las captaciones y colocaciones de recursos que efectúan las entidades de intermediación financiera en las diferentes regiones y provincias del país.

Zona Metropolitana

La zona metropolitana, integrada por Santo Domingo y el Distrito Nacional concentra el 70.5% de todos los préstamos y el 66.2% de los depósitos del sistema financiero. Los créditos ascienden a RD$799,520.5 millones y las captaciones totalizan RD$952,286.6 millones, según informaciones de la página web de la Superintendencia de Bancos al cierre de marzo de 2019. Estos recursos se generan en la metrópolis, pero una parte significativa es atraída por este centro desde las otras provincias con menor dinamismo económico, lo cual contribuye a reproducir  el modelo de desarrollo desigual entre las regiones y provincias que por décadas ha predominado en el país.

Santo Domingo y el Distrito Nacional también concentraban el 62.8% de las empresas, unas 16,258, de acuerdo con un estudio de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE). De igual manera tiene 17 parques de zonas francas con 165 empresas, que representan el 24.5% de un total de 673 existentes en estos parques en todo el país al cierre del año 2018. También cuenta con 49,481 empleados. La inversión acumulada en las zonas francas asciende a US$1,726.2 millones, equivalente al 34.7% del total nacional, según estadísticas del Consejo Nacional de Zonas Francas.

Además, en el área metropolitana existen 169 establecimientos de alojamiento turístico con unas 8,000 habitaciones, el 10.2% de un total de 78,599 a nivel nacional al finalizar el 2018, de acuerdo con informaciones de la Asociación Nacional de Hoteles y Restaurantes (ASONAHORES) y de la ONE.

Zona Norte

La pujante Región del Cibao ha visto escapar una proporción significativa de sus  recursos financieros, debido a que el  38.0% del ahorro captado por la banca, equivalente a RD$126,398.5 millones, no fue recolocado en  esa zona del país. Los préstamos en la Región Norte totalizaron RD$206,396.9 millones, mientras que los depósitos computaron RD$332,795.4 millones a marzo de 2019.

Esta evidencia empírica muestra una debilidad en el tipo de desarrollo económico que por décadas ha prevalecido en la República Dominicana. A pesar del avance logrado, ha resultado imposible romper con esta dinámica que se reproduce  a través del tiempo, prácticamente, en todas las provincias.

La Región Norte posee 37 parques de zonas francas con 332 empresas y 71,715 empleados, que representan el 41.8% del total nacional. La inversión acumulada asciende a US$1,775.3 millones, equivalente al 35.7% del total al cierre del 2018. En infraestructura turística dicha región posee 386 establecimientos con 21,390 habitaciones, que constituyen el 27.2% de la oferta del país.

Zona Este

Esta región se caracteriza por su pujante industria turística. Concentra 199 establecimientos con 50,354 habitaciones, que representan el 64.1% del total a nivel nacional al cierre de 2018. Se destacan las provincias La Altagracia, La Romana y San Pedro de Macorís. El Este tiene 7 parques de zonas francas con 87 empresas y 24,339 empleos, equivalentes al 14.2% de los trabajadores de ese sector en el país. La inversión acumulada asciende a US$528.8 millones, es decir, el 10.6% del total nacional.

Los prestamos canalizados por el sistema financiero a la zona este totalizaron RD$78,561.2 millones, equivalentes al 6.9% del total, mientras que los depósitos computaron RD$83,437.5 millones, igual al 5.8% del monto global del sistema a marzo 2019.

Se puede observar el ejemplo de provincias punteras en el desarrollo del turismo, como es el caso de La Altagracia, que está situada en uno de los principales  polos turísticos de la República Dominicana y recibe elevados montos de inversión extranjera para la construcción de hoteles, restaurantes, marinas y villas. Los depósitos captados por el sistema financiero nacional computaron RD$36,495.1 millones y recibió en forma de préstamos unos RD$46,451.5 millones, equivalentes al 127.3% de sus depósitos, es decir, que una parte de los recursos obtenidos de otras regiones se están canalizando hacia esta zona turística.

Otras provincias de la zona este están muy rezagadas como es el caso de El Seibo, Hato Mayor y Monte Plata.

A pesar de ser zonas que reciben elevados montos de inversión para el sector turismo proveniente de fuentes externas, se aprecia que un elevado porcentaje del ahorro de origen nacional generado por estas provincias no se reinvierte en ellas, de lo cual se puede inferir, que aún en estos casos de provincias con alto dinamismo económico, falta la integración, el encadenamiento del sector turismo al resto de la economía de la zona.

El sector turismo de estas provincias debería orientarse hacia un modelo sostenible con mayor apertura y diversificación hacia el resto de la economía donde pueda involucrarse la comunidad, el comercio local y al resto de las provincias de la zona.

Se debe evitar que los polos turísticos se conviertan en “enclaves” con escaso impacto sobre el resto de las comunidades, y que, por el contrario, puedan derramar su dinamismo a los demás  sectores. Para ello se necesita construir las infraestructuras necesarias que posibiliten al turista su fácil desplazamiento a otras lugares del país, pero también se requiere inducir el desarrollo de estas comunidades para promover la creación de nuevas empresas que empujen el desarrollo equilibrado.

Zona Sur

La Región Sur tiene ahorros en el sistema financiero ascendentes a RD$70,095.0 millones al finalizar marzo de 2019 y solo ha recibido préstamos de RD$50,339.0 millones, es decir, el  72.0% de los recursos captados por los intermediarios financieros. Los depósitos representan el 4.9% del total del sistema financiero y los prestamos el 4.4%.

En esta región funcionan 13 parques de zonas francas de un total de 74 en todo el país y 89 empresas, que representan el 13.2% del total nacional. Esas empresas tienen 26,191 empleados, equivalentes al 15.3% del total de trabajadores en ese sector al cierre de 2018. La inversión acumulada asciende a US$947.5 millones, que constituye el 19% del total.

También funcionan en la Región Sur unos 52 hoteles con 1,169 habitaciones, que equivalen al 1.5% del total nacional, lo cual sugiere que en esta región se debe fortalecer la inversión en turismo, tal es el caso de Bahía de las Águilas en Pedernales, así como en Barahona y la provincia Peravia.

Para empezar por una zona con escaso nivel de desarrollo, se puede observar el  ejemplo de Azua. Al cierre de marzo 2019, el sistema financiero registró un monto de recursos captados de RD$12,108.0 millones, de los cuales se mantenían colocados en forma de préstamos RD$4,582.0 millones, equivalentes al 37.8% de las captaciones de depósitos. Esto indica que más del 60.0% de los fondos ahorrados por los habitantes de esa provincia han salido a financiar actividades económicas de otras zonas del país, situación que contribuye a mantener las condiciones de atraso de esa comunidad.

Cabe destacar que esta situación no la genera el sistema financiero, ya que la función de esas entidades consiste en ser intermediarios entre los depositantes  y los demandantes de créditos, es decir, entre ahorro e inversión.

San Juan de la Maguana es una excepción con una inversión en forma de préstamos que absorbió el 87.3% de los recursos financieros ahorrados por las personas de dicha provincia, lo cual está relacionado con las diversas actividades agrícolas que allí se desarrollan y que integran a gran parte de la comunidad, contribuyendo a que se reinvierta el ahorro generado. Por ello se aprecia la abundante producción de diversos rubros que abastecen nuestros mercados.

Hacia donde se dirige entonces el ahorro generado por las provincias? Estos recursos son atraídos por el centro- la zona metropolitana- integrada por Santo Domingo y el Distrito Nacional. La dinámica que atrae la mayor cantidad del ahorro generado hacia la metrópolis, también provoca otros problemas colaterales como son la elevada  emigración de personas hacia Santo Domingo, produciendo los amplios cinturones de miseria que dificultan la solución a los problemas de basura, agua potable, energía eléctrica, hacinamiento y contaminación del medio ambiente en barrios fundados sin ningún tipo de planificación urbana.

Concomitantemente, se reduce la población rural y disminuye la mano de obra necesaria para las labores agropecuarias, siendo suplida por la inmigración de mano de obra haitiana, con lo cual se reproduce el círculo vicioso de pobreza.

Para contrarrestar este círculo vicioso se recomienda una reorientación del modelo de desarrollo seguido hasta la fecha. Es preciso inducir el desarrollo de las diferentes zonas del país tomando en consideración las características geográficas, ambientales, económicas, sociales y culturales de cada una. Construir la infraestructura necesaria para el avance de las comunidades, tales como carreteras, caminos vecinales, puertos, acueductos, escuelas, centros de investigación científica y de innovación, entre otros. Pero muy importante es incorporar incentivos para el desarrollo de determinados rubros y servicios de acuerdo a un plan estratégico previamente elaborado.

Proponemos que el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo acelere la realización de los planes estratégicos provinciales con la incorporación de las comunidades para potenciar el avance de todas las provincias y mejorar el nivel de vida de sus habitantes.

Es preciso que se logre un mayor encadenamiento productivo para incrementar la competitividad y la productividad, pero debemos aumentar la inversión en investigación, desarrollo e innovación para conquistar mercados y generar empleos de calidad.

Los sectores turismo y zonas francas deben tener una mejor vinculación con el resto de las actividades productivas. Al cierre de 2018, las zonas francas exportaron US$6,230.0 millones e importaron el 61.6% de ese monto, equivalente a US$3,838.7 millones. Mientras que en compras locales solo gastaron US$1,621.4 millones, es decir, el 26.0% del total exportado. Dichos gastos consisten principalmente en salarios, pagos a la seguridad social, electricidad, pagos al INFOTEP, agua y telecomunicaciones. Esto evidencia el bajo encadenamiento con los  otros sectores productivos nacionales.

El Plan Estratégico de Desarrollo Integral de cada provincia identificaría su potencial y sus ventajas competitivas para competir en el mercado nacional e internacional. Es conveniente que el modelo de desarrollo esté orientado hacia las exportaciones, porque sería una garantía para que el productor compita en base al nivel de calidad que exige el mercado exterior, no sobre la base de un salario de miseria, sino mediante el valor añadido por medio del conocimiento.

La creación de riqueza es una condición indispensable para el desarrollo integral de las sociedades, y la riqueza más excelsa creada sobre la tierra lo constituye  el conocimiento, por tanto, debemos realizar los mayores esfuerzos por ensanchar este bien que nos ha sido legado, para poder alcanzar la sociedad del bienestar, sobre la base de un mundo más humanizado. A los dominicanos les corresponde edificar su futuro.

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