Por: Lic. Reyes Peralta
El libro de Thomas
Piketty titulado “El Capital en el Siglo XXI” trata sobre la desigualdad en la
distribución de la riqueza. El autor analiza la distribución del ingreso, la
acumulación de capital y la herencia en los principales países desarrollados:
Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania y otros. También hace referencia
a algunos países de mercados emergentes como China.
La tesis principal
de su investigación afirma que la desigualdad en la distribución de la riqueza
se puede exacerbar en el siglo XXI porque el capitalismo lo lleva
intrínsecamente. Esto se explica porque la tasa de rendimiento del capital,
denominada r, siempre tiende a ser mayor que la tasa de crecimiento del ingreso
nacional, expresada como g, lo cual se exacerbaría en periodos de
bajo crecimiento del ingreso nacional, es decir, r > g.
Dado que el
rendimiento del capital r es siempre mayor que la tasa de
crecimiento del ingreso nacional g, entonces siempre la proporción
del ingreso que se apropia el capital será mayor y habrá más concentración de
la riqueza en los períodos de menor crecimiento de la economía.
Según Piketty, “cuando
la tasa de rendimiento del capital supera de manera significativa la tasa de
crecimiento… ello implica mecánicamente que la riqueza originada en el pasado
se recapitaliza más rápido que el ritmo de crecimiento de la producción y de
los ingresos. Basta, pues, que los herederos ahorren una parte de los ingresos
de su capital para que este último aumente más rápido que la economía en su
conjunto”.
Es decir, que “un
país que ahorra mucho y crece lentamente acumula a largo plazo un enorme acervo
de capital lo que puede tener consecuencias considerables en la estructura
social y la distribución de la riqueza en el país en cuestión”.
El autor define la primera
ley fundamental del capitalismo como α =
r x β, es decir, la participación del capital en el ingreso nacional. Donde
r
significa la tasa promedio de
rendimiento del capital y Beta β
la participación del capital en el acervo total de riqueza. Esto significa que
en la metida en que β aumenta y r también
es alta, entonces aumenta la participación del capital en el ingreso nacional, o sea, los dueños del
capital se apropian de una mayor proporción de la riqueza creada.
La segunda ecuación
fundamental del capitalismo, según Piketty, se denota β=s/g, donde s
es la tasa de ahorro y g es la tasa de crecimiento del
ingreso nacional. Es decir, que la participación del capital en el ingreso
nacional se vincula de manera simple con la tasa de ahorro y con la tasa de
crecimiento de la economía. En periodos de bajo crecimiento de la economía g,
entonces la participación del capital en el ingreso nacional aumenta. Porque el
dueño del patrimonio siempre podrá tener un ahorro con lo cual incrementar su
acervo de capital y apropiarse de una mayor porción de la riqueza.
Piketty señala que en
su estudio desde el siglo XVIII hasta principios del siglo XXI, no se produce
lo que Kuznets planteaba en su teoría de la desigualdad, según la cual a una
fase natural de crecimiento de la desigualdad en las primeras etapas de la industrialización
seguiría una fase de fuerte disminución de la desigualdad a lo largo del proceso de industrialización y
desarrollo de los países.
De acuerdo con el
autor, los grandes acontecimientos políticos, tales como las dos guerras
mundiales y las políticas públicas instrumentadas después de esos choques,
fueron las que produjeron una reducción de la desigualdad en el siglo XX,
principalmente en los años 1950, 1960, lo cual condujo a la creación de una
clase media más amplia y a la formación de instituciones que ayudaron a mejorar
las condiciones de las personas de menores ingresos, como la seguridad social. Pero
indica que a partir de la “revolución conservadora” de los años 80, ha vuelto a
incrementarse la desigualdad en muchos países.
Por ejemplo, en los
Estados Unidos la desigualdad en los ingresos se acentuó a partir de los años
80. El 10% más rico recibía en promedio
menos del 35% del ingreso nacional en las décadas de 1950-1970, incrementándose
a partir de ahí hasta el 45% a 50% en 2010, una explosión sin precedentes en la
desigualdad de esa nación y se proyecta que para el año 2030 ese grupo podría apropiarse
hasta el 60% de todo el ingreso. Algo parecido ha sucedido en Europa y en otros
países desarrollados, aunque con menor intensidad.
Indica el estudio
que en los Estados Unidos el 40% del medio o “clase media” poseía el 30% del
ingreso nacional en 2010 y la proyección es que baje a obtener solo el 25% del
ingreso nacional en el año 2030; mientras que el 50% de los más pobres solo recibían en promedio el 20% del
ingreso en 2010 y se proyecta que solo recibirán el 15% en 2030.
¿Qué soluciones
plantea el autor para controlar y revertir esta situación?
Piketty propone la creación
de un impuesto mundial y progresivo sobre el capital para regular de manera
eficaz el capitalismo patrimonial del siglo XXI. También propone un Estado
Social. Plantea una redistribución moderna que reside en financiar servicios públicos
como la educación, salud, las jubilaciones y otros derechos como la vivienda y
la cultura. El autor sostiene que “la principal fuerza de convergencia es el
proceso de difusión de los conocimientos y de inversión en capacitación y la formación
de habilidades, el cual es el mecanismo central que permite al mismo tiempo el
aumento general de la productividad y la reducción de las desigualdades”.
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